Fuente Imagen: Archivo Web |
La Pedagogía del Oprimido, escrito por
Paulo Freire, publicado en 1970, es uno de los libros más conocidos de este educador
y filósofo brasileño, con cierta orientación marxista, propone una pedagogía
con una nueva forma de relación entre educador, educando y entorno social.
La propuesta de Freire con La
Pedagogía del Oprimido, muestra la defensa y lucha por una educación que esté
bajo el tamiz de la responsabilidad y el compromiso ético de los docentes, y
alerta que “una visión liberadora
la educación no debe ser impuesta al pueblo, y nace de él, en diálogo con los
educadores y debe reflejar sus anhelos y esperanzas”.
Aunque relacionado con las ideas
políticas de la izquierda, Freire es ante todo un educador de
masas. Sembrar el germen
de la conciencia para que nos cuestionemos cómo funciona nuestro sistema y por
qué, y qué hacer para transformarlo.
Según el planteamiento de Freires los
opresores violentan y explotan a sus oprimidos en razón de su poder, pero en
contraposición a ello, del poder que nace de la debilidad de los oprimidos nace
también la fuerza suficiente para liberar a oprimidos y opresores.
Freire propone entonces, una pedagogía
del oprimido como pedagogía liberadora, pero nadie se libera si no es
consciente de su realidad, de allí la importancia de tomar conciencia de la
opresión, para así decidirse a conquistar su libertad y transformar su realidad
de oprimido. En base a este planteamiento también podemos afirmar que el
individuo aprende a cultivarse a través de las situaciones de la vida cotidiana
que vive y que éstas aportan experiencias útiles para generar situaciones de
aprendizaje.
Destaca
al “educador de vocación humanista que, al inventar sus técnicas pedagógicas,
redescubre a través de ellas el proceso histórico en que se constituye la
conciencia humana”. El
sujeto debe construir su realidad a través de las circunstancias que se generan
el devenir cotidiano, y debe utilizar la reflexión y el análisis del mundo en
que vive, pero no para adaptarse a ellas, sino para reformar su realidad.
El enfrentamiento entre opresores –
oprimidos, y la lucha por la liberación es la misma lucha por crear al ser
humano nuevo, y según Freires se logra a través de una práctica liberadora, una
relación permanentemente dialógica entre educador y educando, que sirva para la
construcción de una conciencia comprometida. Esto porque el hombre no se forma,
no se hace no se hace en el silencio, sino en la palabra, la acción y la
reflexión.
Frente a la dialogicidad, Freires plantea que
la negación al dialogo es el instrumento que utiliza el opresor para mantener
su opresión. Y en muchos casos buscan debilitar a los oprimidos a través de la
alienación, con la idea de que se dividan entre ellos y así mantener las cosas
estables, manipulación la situación para lograr sus objetivos en base a pactos,
con desventaja para los oprimidos.
Freire habla sobre la educación
“bancaria” que concibe a sus alumnos como si fueran unos recipientes en los
cuales se depositan los conocimientos. En este sistema educativo por él
planteado el educador es un depositario y los conocimientos son los
depósitos que realiza cotidianamente.
Este tipo de educación, - que
actualmente se aplica en todos los niveles de educación-, es narrativa,
discursiva y disertadora, y minimiza el poder creador y la capacidad crítica de
los hombres y mujeres.
Pero para lograr esa liberación es
importante el dialogo pero no es lo único necesario sino además buscar la
integración y realizar un esfuerzo común para conseguir esa liberación, sumándose
a la causa revolucionaria, pero sin caer en la ideologización.
Pero el “miedo a la libertad”,
del que habla el autor en el primer capítulo, y que sufren los oprimidos, que
en muchos casos, una vez liberados pueden pretender ser opresores, pudiendo mantenerse en la
realidad que conocen de oprimido. Teniendo que asumir retos y enfrentar una
lucha, contra la realidad y los opresores.
1 comentario:
Excelente publicación amigo! Ciertamente la pedagogía del oprimido o para el oprimido a servido para controlar e ideologizar a las nuevas sociedades sobre diferentes corrientes de pensamiento, pero a pesar de ellos, las sociedades siempre lograr imponerse en razonamientos que surgen de sus propias necesidades y es ahí cuando el oprimido se vuelve opresor, siendo este un círculo interminable
Publicar un comentario