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jueves, 16 de mayo de 2013

LA PEDAGOGÍA DEL OPRIMIDO De Paulo Freire

Fuente Imagen: Archivo Web

     La Pedagogía del Oprimido, escrito por Paulo Freire, publicado en 1970, es uno de los libros más conocidos de este educador y filósofo brasileño, con cierta orientación marxista, propone una pedagogía con una nueva forma de relación entre educador, educando y entorno social.
     La propuesta de Freire con La Pedagogía del Oprimido, muestra la defensa y lucha por una educación que esté bajo el tamiz de la responsabilidad y el compromiso ético de los docentes, y alerta que “una visión liberadora la educación no debe ser impuesta al pueblo, y nace de él, en diálogo con los educadores y debe reflejar sus anhelos y esperanzas”.
     Aunque relacionado con las ideas políticas de la izquierda, Freire es ante todo un educador de masas. Sembrar el germen de la conciencia para que nos cuestionemos cómo funciona nuestro sistema y por qué, y qué hacer para transformarlo.
     Según el planteamiento de Freires los opresores violentan y explotan a sus oprimidos en razón de su poder, pero en contraposición a ello, del poder que nace de la debilidad de los oprimidos nace también la fuerza suficiente para liberar a oprimidos y opresores.
     Freire propone entonces, una pedagogía del oprimido como pedagogía liberadora, pero nadie se libera si no es consciente de su realidad, de allí la importancia de tomar conciencia de la opresión, para así decidirse a conquistar su libertad y transformar su realidad de oprimido. En base a este planteamiento también podemos afirmar que el individuo aprende a cultivarse a través de las situaciones de la vida cotidiana que vive y que éstas aportan experiencias útiles para generar situaciones de aprendizaje.
     Destaca al “educador de vocación humanista que, al inventar sus técnicas pedagógicas, redescubre a través de ellas el proceso histórico en que se constituye la conciencia humana”. El sujeto debe construir su realidad a través de las circunstancias que se generan el devenir cotidiano, y debe utilizar la reflexión y el análisis del mundo en que vive, pero no para adaptarse a ellas, sino para reformar su realidad.
     El enfrentamiento entre opresores – oprimidos, y la lucha por la liberación es la misma lucha por crear al ser humano nuevo, y según Freires se logra a través de una práctica liberadora, una relación permanentemente dialógica entre educador y educando, que sirva para la construcción de una conciencia comprometida. Esto porque el hombre no se forma, no se hace no se hace en el silencio, sino en la palabra, la acción y la reflexión.
Frente a la dialogicidad, Freires plantea que la negación al dialogo es el instrumento que utiliza el opresor para mantener su opresión. Y en muchos casos buscan debilitar a los oprimidos a través de la alienación, con la idea de que se dividan entre ellos y así mantener las cosas estables, manipulación la situación para lograr sus objetivos en base a pactos, con desventaja para los oprimidos.
     Freire habla sobre la educación “bancaria” que concibe a sus alumnos como si fueran unos recipientes en los cuales se depositan los conocimientos. En este sistema educativo por él planteado el educador  es un depositario y los conocimientos son los depósitos que realiza cotidianamente.
      Este tipo de educación, - que actualmente se aplica en todos los niveles de educación-, es narrativa, discursiva y disertadora, y minimiza el poder creador y la capacidad crítica de los hombres y mujeres.
     Pero para lograr esa liberación es importante el dialogo pero no es lo único necesario sino además buscar la integración y realizar un esfuerzo común para conseguir esa liberación, sumándose a la causa revolucionaria, pero sin caer en la ideologización.
     Pero el “miedo a la libertad”, del que habla el autor en el primer capítulo, y que sufren los oprimidos, que en muchos casos, una vez liberados pueden pretender  ser opresores, pudiendo mantenerse en la realidad que conocen de oprimido. Teniendo que asumir retos y enfrentar una lucha, contra la realidad y los opresores.


1 comentario:

Villajuan dijo...

Excelente publicación amigo! Ciertamente la pedagogía del oprimido o para el oprimido a servido para controlar e ideologizar a las nuevas sociedades sobre diferentes corrientes de pensamiento, pero a pesar de ellos, las sociedades siempre lograr imponerse en razonamientos que surgen de sus propias necesidades y es ahí cuando el oprimido se vuelve opresor, siendo este un círculo interminable